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Turquía,... kilims y sumaks


Con el término árabe alfombra (al-jumra) se define a aquellos tejidos gruesos, generalmente de lana, de colorido y dibujos diversos (monocromos o con decoración polícroma) y dimensiones variables, utilizados por lo común para cubrir suelos y cuyo cometido es preservar éstos del frío o, simplemente, servir de adorno. El tejido de las alfombras no difiere, en términos generales, del empleado comúnmente en los telares (una vez tensada la urdimbre se entreteje en ella la trama), aunque se diferencia básicamente de otros tejidos en que la urdimbre está más apretada y la trama más gruesa. La fabricación de alfombras es un oficio muy antiguo que hunde sus raíces en el Asia Central, de donde se extendió por muy diversas regiones, favoreciendo así el desarrollo de distintas formas de anudar y una gran variedad de dibujos que facilitan su datación y circunscripción a una determinada área geográfica. Asimismo, la evolución de los distintos modos de tintado y teñido se ha reflejado en una extensa variedad cromática, y una gran variedad de formatos ha servido para resolver las distintas necesidades que el uso ha ido demandando.



El concepto de alfombra varía sustancialmente entre Oriente y Occidente. En el mundo oriental, la alfombra es un elemento de uso cotidiano que sirve tanto para orar (una de las obligaciones diarias de todo musulmán) como para paliar el hecho de que la mayoría de los suelos de las casas son de tierra, y el ajuar y el mobiliario se reducen al mínimo; así, está muy extendida la costumbre de comer y dormir directamente sobre el suelo, que suele estar cubierto de alfombras, por lo que su uso tiene un carácter netamente doméstico. Las cortes orientales, sin embargo, desarrollaron un concepto de alfombra que fue luego copiado por Occidente; los cortesanos no necesitaban ya alfombras para cubrir el suelo, sino que las incorporaban al mobiliario únicamente como elemento decorativo. Occidente hizo suya esta costumbre, convirtiendo la alfombra en un elemento decorativo más, un tapiz de suelo, subrayando, armonizando y recalcando los temas principales del entorno. La introducción del telar mecánico para el tejido de alfombras impulsó la fabricación en Occidente de modelos inspirados en los orientales, aunque paralelamente también se desarrolló una corriente acorde con la arquitectura contemporánea, con diseños de algunos de los principales artistas del momento.



Las alfombras, objetos, pues, usados tanto por gente humilde (en muchos casos uno de los escasos objetos de valor que poseen) como por los miembros más adinerados de la sociedad, se han ido convirtiendo, sobre todo desde finales del siglo XIX, en valiosos objetos de colección por los que se pagan grandes cantidades de dinero. La belleza indiscutible de muchos ejemplares y la singularidad de la mayoría de ellos (los diseños, aunque puedan ser parecidos, casi nunca se repiten con exactitud) hacen que algunas piezas estén consideradas como verdaderas obras de arte, tan valoradas como los tapices o, incluso, las obras pictóricas. No obstante, la revolución del sector textil, que supuso la práctica desaparición del oficio manual de tejedor, el abaratamiento de los costes en los materiales gracias a la industrialización del hilado, y la aparición de nuevos materiales artificiales mucho más asequibles, han hecho posible que las alfombras hayan dejado de ser un objeto de lujo para convertirse en algo cotidiano en la mayoría de los hogares.



La palabra kilim significa "que no mezcla colores". La manufactura de este tipo de alfombras aplica una técnica que obliga al remate del tejido antes de los cambios de color. Cada vez que el color cambia, se forma una nueva tira en la alfombra. En los ejemplares antiguos se forma un efecto casi de filigrana.

El origen nómade de quienes las usaban en la antigüedad, hizo que tuvie- sen una característica es-pecial: la trama de urdim-bre es plana y sin nudos, así se evitaba el paso de la arena del desierto, pues acompaña--ban a sus dueños como maletas o como divisiones en las tiendas que armaban en sus viajes.

Esto las hizo más blandas y delgadas; suelen tener la textura de una manta suave Los diseños primitivos estaban cargados de sim-bolismo: mensajes,deseos o pedidos; los motivos con forma de "ese" por ejem-plo, anunciaban un feliz acontecimiento. Se confe-ccionaban sin un patrón previo, lo que daba espon-taneidad y exclusividad a cada pieza

Los diseños actuales, aunque no respetan las antiguas tradiciones, mantienen el espíritu ágil del tejido original. Los materiales utilizados varían según la región de donde provienen: lana, algodón o pelo de cabra, que permiten el teñido con tonalidades vistosas, generalmente azul o granate. El verde no es muy usado pues es considerado como el color del profeta.

En la actualidad los tapetes Orientales se elaboran tradicionalmente en distintos países, como Irán, Afganistán, Turquía, India, Pakistán, China y Nepal, entre otros.



Existen varias técnicas para elaborar los tapetes, pero se realizan en telar, en lana, seda o la combinación de ambos materiales.

El nudo persa o Senneh:es el nudo asimétrico que permite realizar diseños más complejos, con él se logran hacer curvas para darle una mayor definición a los diseños.

El nudo turco o Ghiordes es el nudo simétrico para poder realizar los diseños geométricos.

El nudo tibetano es el que se utiliza principalmente para tapetes modernos o contemporáneos,y son tapetes de diseños más sencillos.



Lo llamado tejidos planos o Kilim son los correspondientes a la alfombra más antigua del mundo y fue descubierto en el año 1949 en el valle de Pazirik, en los montes de Altai, en la tierra de origen de los turcos nómadas. Data del siglo V aC. No es una casualidad que los nómadas la descubrieran, porque la vida errante lo obligaba, tener el suelo caliente dentro de las tiendas (yurt) en las montañas frías y cuando se mueve se utilizaban para envolver las cosas. Desde entonces tejer alfombra fue una tradición principal de los turcos.



Un Kilim por tanto es un tapete o alfombra hecho en un tejido plano o sin pelo anudado. Originalmente los kilims se utilizaban en los suelos y paredes de las tiendas, las casas o como cubiertas para los animales y el equipaje



La alfombra turca tiene doble nudo y en ello se utiliza lana o lana y algodón o seda pura. El estilo, los colores y nombre de la alfombra se cambia en cada región. Entre ellas la más valiosa es la alfombra de Hereke.

El kilim es un tejido simple con un urdimbre y tramo. Básicamente se distingue por no tener “pelos” como la alfombra. Son joyas de diseño y color

Haciendo honor al significado de la palabra Kilim " que no mezcla colores" la manufactura de los mismos aplica una técnica que obliga al remate del tejido antes de los cambio de color.

El origen nómada de quienes lo usaban en la antigüedad, hicieron que tuviesen una característica especial en la trama de urdimbre, plana y sin nudos, para evitar el paso de la arena del desierto, ya que acompañaban a sus dueños como maletas o como divisorios en las tiendas que armaban en los viajes. Los diseños estaban cargados de simbolismo, de deseos, de mensajes o de pedidos; por ejemplo los motivos con forma de "ese" anunciaban un feliz acontecimiento. Se confeccionaban sin un patrón previo, que les daba espontaneidad y exclusividad a cada pieza, los actuales no respetan estas tradiciones pero mantienen el espíritu ágil del tejido original. .



Los materiales utilizados corresponden a cada región de donde provienen, lana, algodón o pelo de cabra que permite el teñido con tonalidades vistosas, generalmente azul o granate evitando el verde que tiene limitaciones religiosas para su uso.

Los valores de los kilims dependen de la antigüedad y de los materiales, lógicamente se encarecen si son bordados.

Kilims Turcos: con típicos dibujos geométricos aunque a veces hay diseños con un dibujo floral central, fondo uniforme y grandes flores en los laterales. Algunos están bordados por sobre el tejido y se llaman "sumaks" . Para su tejido se utilizan telares tipo " de bajo liso " que hace que siempre sean rectangulares.

Kilims Persas: son muy raros ya que las características de los tejidos persas son los nudos en las alfombras. Las diferencias con los turcos son su gran tamaño y aparece mucho el blanco contrastando con vivos colores.

Kilims Egipcios: representan escenas cotidianas o regionales con un diseño naif y generalmente son tejidos en lana.

Kilims Afganos: son con motivos de cenefas y dibujos geométricos, generalmente con colores oscuros, materiales rústicos que dan aspecto a alfombras más gruesas y de grandes tamaños por los telares que se utilizan.

... No solo como alfombras se puede usar un bello Kilim, y los puedes utilizar como “Tapiz”, siendo parte de un hermoso comedor, como el mejor cuadro de arte que te puedas imaginar…. El kilim con sus dibujos geométricos y sus colores rojo sangre y azul celeste destaca y preside el hogar turco, rememorando y recordando a su historia, a su tradición y a la amabilidad de sus gentes.









Interesante, como complemento a este apartado sobre los kilims es el artículo sobre Mehmet Bayrakdar, un artesano turno afincado en España.

La pasión por conservar el arte de los kilims en los hogares. Mehmet Bayrakdar rodeado de kilims y alfombras en su establecimiento de la calle Rentería, en Donostia, donde repara y restaura estas piezas decorativas.

No conoce la cara de muchos de sus clientes, pero sí sus kilims. Mehmet Bayrakdar lleva casi un año al mando de Rest-Alf, un establecimiento situado en la calle Rentería de Donostia donde, a diario, restaura artesanalmente alfombras y kilims venidos de hogares guipuzcoanos, valencianos o, incluso, franceses.

Para este turco afincado en el territorio desde hace más de veinte años, la elaboración, historia y reparación de estos elementos decorativos es un arte legendario y único que no toda la ciudadanía llega a apreciar. No obstante, los que acuden a él valoran estos tapetes y la labor que Bayrakdar desempeña. "Restauro manualmente piezas viejas -de no más de cien años- que son únicas e irrepetibles, ya que han sido elaboradas artesanalmente, y tienen mucho valor para las personas", detalla.

Hace años fue propietario de una tienda en Zumarraga donde vendía estos ejemplares y arreglaba los desperfectos a "los profesionales y gente conocida". Ahora, plenamente dedicado a la restauración, los que deseen adquirir una de estas alfombras sólo tienen que facilitarle una medidas y los colores que desean; del resto se encarga él. "Me explican cómo es el sofá o el entorno donde desean colocar el kilim y lo elaboramos a su gusto. Es una especie de elección secundaria, pero al cabo de los años acaban comprando otro sofá en función de su kilim", bromea.


Por sus manos han pasado alfombras de todo tipo; desde las que rondan los cien años hasta las "nuevas" que no han llegado al lustro de edad y sin soportar los mordiscos de canes y arañazos de felinos. En función de sus características y del apaño a realizar, establece un presupuesto orientativo que, a fin de cuentas, el cliente decide si pagar o no. "En ocasiones, el arreglo ha costado más de lo que valdría adquirir un kilim nuevo. Pero hay personas que tienen un sentimiento o una historia con esa pieza que no podría sustituir ninguna otra alfombra", apunta.

Bayrakdar es una de esas personas que ve más allá de la lana, la seda o el algodón al admirar un kilim. Al explicar su oficio, las técnicas y los materiales en torno a este mundo, transmite la dedicación y el empeño por conseguir un resultado óptimo en cada una de sus reparaciones. "Soy muy maniático -admite- y el trabajo me tiene que gustar a mí antes de que llegue al cliente. Si no me siento satisfecho con el resultado empiezo de nuevo".


Y a los hechos se remite. Desde que comenzó en Rest-Alf no ha recibido ninguna queja, algo de lo que se siente orgulloso, ya que su clientela "se fía" de su maña y manda por correo sus alfombras, cicims o soumak s antiguos.

Para cerciorarse de que puede llevar a cabo la reparación de las piezas, Bayrakdar pone a disposición su e-mail (rest-alf@hotmail.com), donde los interesados pueden enviar la imagen del desperfecto.

Como currículum vítae, dispone de más de medio centenar de imágenes con el antes y el después de sus trabajos que sorprende e impresiona. "Recortes, ribetes, agujeros, flecos rotos...hay un poco de todo", advierte entre risas, "pero nada que no se pueda arreglar con unos cuantos días de trabajo y dedicación", apunta.

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