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Bodrum,... veleros y diseño


A los habitantes de Estambul y a los extranjeros les gusta en general Bodrum, el enclave costero más elegante de Turquía, y famoso por sus molinos y sus casas imbuidas del espíritu cicládico, su puerto deportivo, sus discotecas techno y sus restaurantes de pescado.


Bodrum es uno de los sitios más exquisitos y que más turistas convoca de Turquía, hace años ha dejado de ser una simple bahía (maravillosa, por cierto) para pasar a ser punto de vacaciones soñadas por los más pudientes del mundo, incluso famosos y personas reconocidas vienen a estas playas a disfrutar del más bello mar y demás atractivos.





La ciudad, que se extiende entre la fortaleza medieval de San Pedro y las colinas del interior, nos muestra un entorno auténtico y relativamente bien conservado.

Es un importante punto de partida de cruceros en caique y en sus alrededores se encuentran numerosos astilleros, donde se montan estos famosos veleros tradicionales.

Aparte del castillo de San Pedro y su museo de arqueología submarina, también podrás contemplar los cimientos del Mausoleo de Halicarnaso, las ruinas más bien modestas de lo que fue una de las siete maravillas del mundo.



Pero antes de ser lugar de glamour, plagado de yates lujosos en sus aguas e ideal para comprar y llevarse productos de las mejores marcas del mundo, Bodrum, ubicada entre el Mar Egeo y el Mediterráneo, era un sitio tranquilo y dedicado, en mayor medida, a la pesca. Y si nos remontamos a cientos de años atrás, debemos decir que fue la mítica Halicarnaso, cuna de uno de los grandes historiadores antiguos, en realidad, “del” historiador: Herodoto.






Asimismo, esta hermosa bahía es el lugar en donde se encontraba –hasta el siglo XIV-, una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo: la tumba del rey Mausolo, o también conocida como el Mausoleo de Halicarnaso, un sepulcro íntegramente hecho en mármol blanco, cuya fecha de construcción se remontaba al siglo IV antes de la era cristiana.



Un dato de interés o viñeta aparte con respecto a este último punto –este tipo de datos son los que más me entusiasman sobre estos lugares históricos-: el término “mausoleo” proviene precisamente de Mausolo, rey de Caria, para quién se había construido, precisamente, el majestuoso sepulcro.





Esta antiquísima construcción era imponente por su estructura y diseño, superaba los 40 metros de altura, pero ahora sólo ha quedado reducida a ruinas ya que en el año 1303 un terremoto lo desbastó. Sin embargo, algunos de sus ornamentos, piedras y pedazos de esculturas han sido llevados al Museo Británico de Londres a finales del siglo XIX, por lo que allí se puede tener la oportunidad de admirar, aunque sea una parte mínima, de su antiguo brillo.








Pero antes de ser lugar de glamour, plagado de yates lujosos en sus aguas e ideal para comprar y llevarse productos de las mejores marcas del mundo, Bodrum, ubicada entre el Mar Egeo y el Mediterráneo, era un sitio tranquilo y dedicado, en mayor medida, a la pesca. Y si nos remontamos a cientos de años atrás, debemos decir que fue la mítica Halicarnaso, cuna de uno de los grandes historiadores antiguos, en realidad, “del” historiador: Herodoto.






Asimismo, esta hermosa bahía es el lugar en donde se encontraba –hasta el siglo XIV-, una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo: la tumba del rey Mausolo, o también conocida como el Mausoleo de Halicarnaso, un sepulcro íntegramente hecho en mármol blanco, cuya fecha de construcción se remontaba al siglo IV antes de la era cristiana.



Un dato de interés o viñeta aparte con respecto a este último punto –este tipo de datos son los que más me entusiasman sobre estos lugares históricos-: el término “mausoleo” proviene precisamente de Mausolo, rey de Caria, para quién se había construido, precisamente, el majestuoso sepulcro.





Esta antiquísima construcción era imponente por su estructura y diseño, superaba los 40 metros de altura, pero ahora sólo ha quedado reducida a ruinas ya que en el año 1303 un terremoto lo desbastó. Sin embargo, algunos de sus ornamentos, piedras y pedazos de esculturas han sido llevados al Museo Británico de Londres a finales del siglo XIX, por lo que allí se puede tener la oportunidad de admirar, aunque sea una parte mínima, de su antiguo brillo.

Por su belleza natural y disposición, Bodrum y su bahía son consideradas de las más bellas del globo, y no es para menos: las suaves formas recortadas del golfo, el azul y límpido de sus aguas, el verde intenso de su frondosa vegetación y también el estilo de sus construcciones actuales, la mayoría bajas y blancas, con techos de tejas anaranjadas que emergen de entre los árboles, le dan un toque especial a sus costas, entre ensoñador y de fantasía que las convierten en paradisíacas.



Si algo destaca a la antigua Halicarnaso, además de sus playas de encanto, es su sinnúmero de yates y lo intenso de su actividad náutica. Se podrán ver en sus costas yates de distintos tamaños y colores surcando las pacíficas aguas, y en todo momento del día. La construcción de estos lujosos navíos es tal que de hecho la ciudad ha determinado un modelo propio que ha sabido exportar: conocido, precisamente, como el “estilo Bodrum”.



Otra postal de este puerto turco tiene que ver con su patrimonio: además del mausoleo, el Castillo de San Pedro de Halicarnaso o Castillo de Bodrum constituye otro ineludible a la hora de estar en esta ciudad de turismo distinguido.








Se trata de una fortaleza erigida en el siglo XV por los Caballeros Hospitalarios (perteneciente a los Cruzados, orden también conocida como de Malta) con el objetivo de servir de protección de la entrada de la bahía. Este histórico edificio alberga hoy en día al Museo Arqueológico Submarino que conserva una muy interesante colección: gran cantidad de objetos antiguos de la región, algunos de ellos datan incluso de la Edad de Bronce, es decir, de hace más tres mil años atrás.

La riqueza y biodiversidad de los fondos marítimos es otro atractivo especial: sus arrecifes y corales, y su fauna marina, colorida y variada, hacen de este sitio un lugar ideal para la práctica de snorkel y buceo.



Desde Bodrum se puede optar, asimismo, por la realización de excursiones a otros sitios de interés de la zona: Milas, Didima, Pirene y Mileto, o a Éfeso.



Tras un día a toda playa y actividad, la noche de Bodrum también reserva sus sorpresas: fiestas en las mismas playas, discotecas, bares y una nutrida oferta de posibilidades hacen de la noche en esta bahía una excelente excusa para no dormir. Una de las discos de playa que más convocan cada fin de semana, y más top, se llama Halikarnas y la marcha que logra en un entorno de por más estimulante, es impresionante.









Bodrum es, en la actualidad, un lugar turístico que, a pesar de aún mantener un aire agreste y virgen, se ha modernizado y adaptado a la demanda turística contemporánea, así varias cadenas han construido sus hoteles allí, por lo general lujosos -aunque también hay opciones un poco menos pretensiosas-.



Desde España, se puede entrar presentando sólo el documento de identidad o el pasaporte, el tiempo máximo de permanencia como turista es de tres meses. Para llegar a esta perla del Mar Egeo se debe arribar primero a su capital, Ankara, o bien a Estambul vía avión: por ejemplo, Turkish Airlines tiene vuelos directos desde Madrid y Barcelona, cuyas tarifas parten de una base de 600 euros, ida y vuelta. Una vez allí se podrá conectar fácilmente con el Aeropuerto de Bodrum.



También se puede acceder vía marítima, una forma espectacular de llegar a la bahía y emocionarse desde el inicio mismo del viaje, numerosos cruceros incluyen este destino como parte de su itinerario.



Un último dato para no descuidar ningún detalle a la hora de embarcarse a la bella Bodrum: recuerda que el idioma oficial es turco, pero seguro si sabes algo de inglés podrás comunicarte, dicho sea de paso, su gente es amable y estará dispuesta a ayudarte.


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