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Zelve,… Kilise y roca




A escasos kilómetros de Göreme se encuentra Zelve, un pequeño pueblecito célebre por sus valles que Tesconden viejos templos escavados en la roca.

El Museo al Aire Libre de Zelve no es tan espectacular como el de la vecina Göreme pero merece la pena recorrer estas viejas construcciones, vestigios de tiempos más prósperos.

Zelve no fue siempre una región pequeña, entre los siglos IX a XIII, fue un importante núcleo religioso al que se retiraban sacerdotes y anacoretas para dedicarse plenamente a la oración.

Con el paso del tiempo, nuevos inquilinos llegaron a esta región, colonizando los valles y excavando cientos de viviendas en la roca.

Este peculiar estilo de vida perduró durante siglos.

Las comunidades cristiana y musulmana convivieron pacíficamente hasta 1924, cuando se produjo una diáspora masiva de la comunidad cristiana por cuestiones políticas.

Esto no significó el abandono del valle que continuó habitado hasta 1952, cuando el Gobierno de la República de Turquía determinó que aquella región era inhabitable por el penoso estado de conservación de las viviendas y por el riesgo de derrumbamiento de las viviendas.

Los valles de Zelve quedaron desiertos y sus habitantes fundaron el nuevo pueblo al que llamaron Nueva Zelve (Yeni Zelve) a tan sólo dos kilómetros de los valles.

Debido al interés histórico de la región abandonada, en 1967 Zelve se convirtió en un museo al aire libre sin demasiadas posibilidades de restauración debido a la agresiva erosión.

El museo se ubica en la intersección de tres valles, dos de ellos interconectados por un túnel.

El entorno ofrece a los viajeros un paisaje plagado de esbeltas chimeneas de hadas, viviendas excavadas en la piedra, pasadizos y túneles que conectan diferentes cuevas; un lugar especialmente interesante para disfrutar del senderismo y la escalada.

El paso del tiempo ha sido inclemente con los frescos de las iglesias, deteriorando las pinturas rupestres que engalanaban las paredes de los templos, nada que ver con los vivos colores que pueden contemplarse en el complejo de Göreme.

 Además, se cree que los habitantes de la región se oponían a las representaciones pictóricas a pesar de la implantación iconoclasta del gobierno de Bizancio.

Con fresco o sin ellos, la excursión por los valles de Zelve supone un incentivo más que suficiente para conocer esta remota región de la Capadocia.

Iglesias que visitar en este museo de Zelve:

Direkli Kilise, ...

la Iglesia de las Columnas:

se accede a ella atravesando una puerta en forma de herradura y debe su nombre a las seis columnas que sustentan la cúpula central de la sala.
Este templo, construido a principios del siglo XI, presenta tres ábsides y tres naves.

Aunque los frescos están muy deteriorados, aun se conservan pinturas en las columnas y en el ábside central donde están representados Jesucristo acompañado por la Virgen María y San Pedro.
Una de las curiosidades de este templo es que se cree que en él se formaban los futuros monjes

Üzümlü Kilise,
la iglesia de las uvas:

 Este templo fue levantado hacia el siglo X, originalmente presentaba inscripciones que indicaban el nombre del templo y su fecha de construcción.

Su nombre se debe a las uvas representadas en los frescos que decoraban las paredes de la iglesia; actualmente se encuentran en un lamentable estado de conservación.
A pesar del deterioro se pueden contemplar símbolos que nos hablan del modo de vida de aquel entonces: cruces, motivos referentes a la pesca y como no, los racimos de uvas.

Geyikli Kilise,
la iglesia del Ciervo:
Su nombre se debe a las viejas pinturas que cubren sus paredes, ahora casi irreconocibles, que escenifican los principales símbolos del cristianismo en aquella época: la cruz, venados y peces.
Parece ser que los peces representaban a los nuevos fieles de la iglesia.

Balikli Kilise,
la Iglesia del Pez:

Debe su nombre a los peces representados en color rojo en el ábside central del templo.
También se puede observar una enrome cruz que ocupa el centro del ábside.

Por último, se pueden visitar los restos de una vieja mezquita construida con piedra y argamasa que conserva un bonito minarete y un viejo molino que fue utilizado hasta mediados del siglo XX.

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